El concreto es el material más usado para la construcción alrededor del mundo, edificios, vialidades, puentes, vivienda y demás. De acuerdo a un artículo publicado por AZO Materials, la primera producción industrial de concreto fue en el siglo XIX y a partir de ese momento la producción de cemento incrementa 2.8 billones de toneladas por año; se espera que ese numero siga creciendo hasta llegar a 4 billones de toneladas por año. Tomando en cuenta la producción masiva del material, podemos plantear la siguiente pregunta: ¿Qué tanto contamina la fabricación del cemento? La manufactura de cemento, de acuerdo a un artículo publicado por CNN y escrito por Bronte Lord titulado “This concrete (yes, concrete) is going high tech” se expone que la producción del material es responsable por al menos 7% de las emisiones de efecto invernadero a nivel global, haciéndolo la segunda fuente industrial más grande en emisiones de dióxido de carbono.
En el 2017, de acuerdo a la información recolectada por la Encuesta Geológica de Estados Unidos, la producción global de cemento fue responsable por al menos 1.81 billones de kilos de emisiones de dióxido de carbono. Para entender el por qué de la contaminación masiva que produce la manufactura de cemento hay que entender el proceso por el cual es creado; para su fabricación se lleva a cabo un proceso conocido como calcinación en el cual se toma la piedra caliza, arcilla y mineral de hierro y se calientan a 1,450°C hasta obtener un material llamado clinker el cual se muele y se mezcla con yeso y otros ingredientes hasta obtener el cemento portland que todos conocemos. La parte del proceso responsable por la emisión de dióxido de carbono es la calcinación pero de acuerdo a un artículo publicado por America’s Cement Manufacturers el cemento, ya una vez en su forma de concreto funciona como un sumidero de C02.
Mientras que sí, la manufactura de cemento emite muchísimo dióxido de carbono, al parecer ésto es parte de un proceso cíclico en donde en tiempos “pequeños” como una década, esa producción se vuelve prácticamente neutra en carbono por la absorción del concreto. Según el artículo, el concreto en prácticamente todas sus presentaciones, tiene la habilidad de absorber C02 sin afectar su dureza o comprometer las estructuras ya que esta absorción sólo hace al concreto más fuerte. A pesar de lo que afirman, hay que pensar en cuánto y qué tan rápido puede el concreto absorber el dióxido de carbono ya que es probable que la producción sea más rápida que la absorción por lo que se seguiría aportando a la contaminación global y a las emisiones de efecto invernadero.
Pero al parecer no todo el malo, una empresa canadiense llamada CarbonCures trabaja de forma innovadora al atrapar el CO2 e inyectarlo a la mezcla al momento de su fabricación, una vez que el concreto se haya endurecido, el dióxido de carbono permanece atrapado en él aunque la estructura sea destruida ya que al momento de inyectarlo a la mezcla, ocurren varias reacciones químicas que lo convierten en un mineral que aporta dureza al concreto. CarbonCures no es el único preocupado por el medio ambiente; hace 15 años, el 30% de los proveedores de concreto del mundo se reunieron para crear la Iniciativa de Sustentabilidad del Cemento para buscar formas en las que el cemento sea un material sustentable, algunas de sus preocupaciones principales son el cambio climático, el uso de combustible y las emisiones de efecto invernadero.
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